El sur peninsular como motor del éxito de la primera circunnavegación
El 10 de agosto de 1519 parte de Sevilla la expedición que culminaría la primera vuelta al mundo. Hablamos de una verdadera hazaña, de tal envergadura que constituiría el inicio de la globalización mundial, que demostraría empíricamente que la Tierra es redonda, que procuraría una nueva vía alternativa para hacerse con uno de los comercios más fructíferos de la época: el de las especias.
Cinco navíos decididos a llegar a las Molucas, las Islas de las Especias, navegando siempre hacia el oeste. Esta travesía, capitaneada por Fernando de Magallanes, y que mandó a la aventura a más de doscientos hombres, se completaría tres años después bajo el mando de Juan Sebastián Elcano, uno de los dieciocho supervivientes que llegaron a Sevilla el 8 de septiembre de 1522 a bordo de la nao Victoria.
Siglos de historia que fueron esenciales para liderar las expediciones de ultramar
Para conmemorar aquel periplo se torna imprescindible no solo la ciudad de Sevilla sino, además, se hace necesario conocer la cultura acumulada en el sur de España ya desde tiempos de Grecia y Roma, así como la ciencia cultivada en las grandes ciudades de Al-Ándalus y la combinación de saberes tras la Conquista Castellana.
La evolución científica en el sur de la Península, el desarrollo tecnológico, la economía o la cultura almacenada por siglos de historia fueron esenciales para liderar la etapa de las expediciones de ultramar.